Título: Silver Linings Playbook
Director: David O.
Russell
Escritor: David O. Russell
Productor: Bruce Cohen,
Donna Gigliotti, Jonathan Gordon,
Elenco: Bradley Cooper, Jennifer
Lawrence, Robert De Niro.
Popcorn Movie Rating: 7.0
Popcorn Movie Rating: 7.0
Una historia poco memorable
Por: David A. Maldonado Hernández
Hay veces que uno entra a una sala de cine listo para ver
una película que sabe que sonará mucho en las siguientes premiaciones y cuando
ve el producto no entiende completamente por qué suena tanto, pues eso pasa con
esta película.
Pat (Bradley Cooper), es un enfermo mental que es
liberado del hospital psiquiátrico 8 meses después de ser recluido. Rápidamente
su madre comienza a darse cuenta que no fue la mejor de las ideas haberlo
sacado, pero está dispuesta a tenerlo en su casa. Pat no está del todo bien.
Vive fantaseando con regresar con su esposa, mujer que provocó que fuese
internado luego de que le fue infiel. En su proceso de reincorporación a la sociedad
conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una viuda, famosa entre los hombres, que
está aun más loca que él. La locura de ambos es la cura del otro en este drama
cómico romántico.
Primero hablemos de los elementos positivos que tiene
esta película. Lo primero que sobresale es la actuación de Bradley Cooper. El
actor ya había demostrado ser un actor inteligente con su papel en Limitless, pero con este papel lo
resalta más. El tipo no está bien de la mente y basta con ver los primeros 2
minutos de película para saberlo. Su locura lo hace hablar rápido y sin tener
filtro entre mente y cerebro. El sujeto nunca está quieto y esto le permite
tener las reacciones más cómicas de la película que se sienten naturales.
Para mantener la comedia corriendo junto con esas
reacciones naturales es necesario tener un buen ritmo. La película mantiene un
ritmo acelerado. Hay momentos en los que uno piensa que van a darle largas al
asunto y para sorpresa de la audiencia resulta que no es así. Este ritmo no
solo permite que los elementos cómicos sean constantes, sino que evita que la
audiencia se aburra durante la película. Por esta razón la película no fue una
tortura verla.
El problema es que los “dramedics” no son fáciles de
narrar. Es sumamente difícil encontrar el balance perfecto entre comedia y
drama, la mayor parte del tiempo uno de los dos elementos va a caer. Puedo
decir que disfruté este “dramedic” más que The
Descendants (drama cómico que ganó Oscar de Mejor Adaptación el pasado
año). Pero no le llega a los tobillos a Crazy,
Stupid, Love (drama cómico romántico que no se llevó ningún
reconocimiento).
Si le quitamos el ritmo y la buena actuación de
Cooper, lo que tenemos es una historia tan simple que no vale la pena ser
contada. Dentro de la historia no tiene ningún momento memorable. La
experiencia de verla es ir a la sala de cine, verla, y pronto olvidarla. No es
que uno no quiera recordarla, es que no tiene por qué ser recordada. No hay “big
twist” dentro de la historia. Lo que se supone que sea el gran giro del segundo
acto es algo que el espectador se sospecha desde el comienzo.
Como drama es bueno porque tiene una situación
completamente dramática, pero tiene unos personajes que es lo que le añade la
comedia. Es imposible contar esta historia sin tener que obligar la historia a
ser comedia. Porque en esta película no se sabe quién está más loco, Pat,
Tiffany, el mejor amigo de Pat, su padre, su hermano, el doctor o el amigo del
manicomio. Todos están zafados de un tornillo así que no hay de otra más que
hacerla comedia. Pero no hay momentos cómicos que al terminarse la película uno
recuerde y diga “wow se pasaron”. Lo más gracioso en toda la película es la
reacción de Pat cada vez que se encuentra a Tiffany mientras hace ejercicios.
Fuera de eso solo tiene risitas constantes, pero ninguna carcajada.
Para ser una película que costó $21 millones, resulta
impresionante lo mal que se ve. Tal vez podemos acreditárselo a la sala de
cine, pero la realidad es que la fotografía no se veía profesional. El director
de fotografía Masanobu Takayanagi no ha tenido ningún reconocimiento por su
labor, pero su trabajo en The Grey ha
sido el mejor hasta la fecha. Incluso en Warrior
no sobresale mucho, solo que el tipo de historia es más acertado. Aquí, al
igual que en Warrior y The Grey, utiliza mucho el “handheld”. En
las historias de acción y lucha es una decisión muy acertada, pero en un drama
cómico romántico no es la mejor herramienta, porque es suficiente con la locura
del protagonista como para que la audiencia se vuelva loca con los tiros de
cámara.
Como podrán deducir en mis observaciones, esta
película no es mala ni es aburrida, pero tampoco es un éxito que será
recordado. Con toda probabilidad escucharemos de ella mucho en estos días, cómo
que está nominada a 4 Golden Globes y pronto se sabrá que tal lo hará en los
Oscar. Si quieren que les sea sincero, no es una gran película, por eso supongo
que tendrá mucha presencia en los premios.
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