Título: The Big Wedding
Director: Justin Zackham
Escritor: Justin Zackham
Productores:
Elenco: Robert De Niro,
Diane Keaton, Katherine Heigl, Topher Grace, Ben Barnes, Amanda Seyfried, Susan
Sarandon, Robin Williams.
Popcorn Movies Rating: 7
Un “sweet ride”, especialmente para parejas
Por: David A. Maldonado Hernández
Constantemente graciosa, con buen ritmo y personajes
interesantes que no fueron explorados a profundidad, pero está bien.
Se acerca la boda de Alejandro (Ben Barnes), y Missy
(Amanda Seyfried), y hay que juntar a toda la familia. Eso significa traer de
regreso a la madre que lleva 10 años sin ver al padre quién mantiene una
relación con la ex mejor amiga de ella; la hija que no quiere saber del padre;
el hermano adulto, doctor y virgen; y la
madre biológica que vive en Colombia con la hermana de sangre. ¡Qué
combinación! ¿Olvidé decir que la madre biológica no sabe que los padres
adoptivos están divorciados? ¿Y que los futuros suegros son racistas?
Si algo tiene esta película que sobre sale es la
composición de personajes. Cada uno tiene su propia personalidad, con sus
propios asuntos y juntos hacen una gran familia feliz, o algo así. De entre los
más interesantes está Don (Rober De Niro), un hombre activo sexualmente, todo
un don Juan (nada fuera de lo usual ¿verdad?), pero tiene un lado interesante.
El sujeto no es pobre (tiene una casa enorme), pero es un artista, alcohólico
que tiene claro a quién ama de verdad. De Niro lleva a cabo la mejor actuación
del repertorio, al tipo se le da la comedia fácilmente. Pero tiene sus momentos
tiernos los cuales arruina con la personalidad del personaje. Sinceramente, es
probablemente el más cuerdo de todos en la familia y, aunque es un mujeriego,
es el más honesto de todos.
El segundo puesto de los personajes más interesantes y
mejor actuados se lo lleva Susan Sarandon. Ella es la ex mejor amiga de Ellie
(Diane Keaton), y ahora pareja del Don. Su personaje es interesante porque esta
mujer realmente ama a los hijos de Don y Ellie, y no es de la manera ridícula o
competitiva que usualmente se trabaja en las películas, sino como una madre ama
a sus hijos (al menos en las películas). Ella se preocupa por ellos, los dirige
y sabe cuando hacerse a un lado. Lo más que gusta de este personaje es que ella
tiene toda la oportunidad de ser el estorbo que estropeará todo, pero realmente
decide ser la que hace que todo funcione. Eso no es muy común en las historias
hoy día.
El peor trabajo se lo compiten entre Diane Keaton y
Katherine Heigl. El personaje de Keaton no hace nada interesante, excepto
guardar unos interesantes secretos. Pero fuera de eso, no hace nada para
ganarse el cariño u odio de la audiencia. En el caso del de Heigl, pues ese es
el personaje típico de la nena que no quiere saber de su papá ni de su propio
marido porque se la pasan peleando y ella no quiere tener un matrimonio infeliz
y terminar como sus padres. Pero tampoco ella hace nada para luchar por su
matrimonio y no puedo culpar al marido porque a ese no lo vemos en toda la
cinta.
Con esta combinación de personajes lo que resultan son
muchas situaciones jocosas. Desde el comienzo las risas son constantes y no
aburre en ningún momento. Los momentos cómicos más grandes son con Robin
Williams en pantalla y lamentablemente no son muchos. Los personajes
principales tienen unos sucios secretos (hilarantes en realidad), así que,
aunque es un poco predecible, tiene unos giros inesperados. Tan inesperados que
los mismos personajes dicen que no lo vieron venir.
Lamentablemente son tantos personajes que ninguno está
trabajado a profundidad, sino que hay que juzgarlos por sus acciones inmediatas
y algunos, como Jared (Topher Grace), son unidireccionales, solo quieren una cosa
y no hay más nada en ellos. Igual con el personaje de Amanda Seyfried, es una
chica que solo quiere casarse, nada más. El trabajo de personajes se limita a que
los personajes quieren algo, lo buscan, pero ni siquiera pasan trabajo de
camino al gol.
Esta es casi una comedia familiar, excepto por el
vocabulario y porque todas las bromas se reducen a sexo. Por eso es mejor dejar
a los niños en casa, porque si no van a tener que explicar qué pasaba debajo
del mantel de la mesa y qué son los ruidos que se escuchan por la casa. Por lo
demás vale la pena verla en pareja y pensar “Dios, no quiero una boda así”. Es
un “sweet ride”.
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