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viernes, 4 de enero de 2013

Silver Linings Playbook




Título: Silver Linings Playbook
Director: David O. Russell
Escritor: David O. Russell
Productor: Bruce Cohen, Donna Gigliotti, Jonathan Gordon,
Elenco: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert De Niro.
Popcorn Movie Rating: 7.0

Una historia poco memorable
Por: David A. Maldonado Hernández

Hay veces que uno entra a una sala de cine listo para ver una película que sabe que sonará mucho en las siguientes premiaciones y cuando ve el producto no entiende completamente por qué suena tanto, pues eso pasa con esta película.

Pat (Bradley Cooper), es un enfermo mental que es liberado del hospital psiquiátrico 8 meses después de ser recluido. Rápidamente su madre comienza a darse cuenta que no fue la mejor de las ideas haberlo sacado, pero está dispuesta a tenerlo en su casa. Pat no está del todo bien. Vive fantaseando con regresar con su esposa, mujer que provocó que fuese internado luego de que le fue infiel. En su proceso de reincorporación a la sociedad conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una viuda, famosa entre los hombres, que está aun más loca que él. La locura de ambos es la cura del otro en este drama cómico romántico.

Primero hablemos de los elementos positivos que tiene esta película. Lo primero que sobresale es la actuación de Bradley Cooper. El actor ya había demostrado ser un actor inteligente con su papel en Limitless, pero con este papel lo resalta más. El tipo no está bien de la mente y basta con ver los primeros 2 minutos de película para saberlo. Su locura lo hace hablar rápido y sin tener filtro entre mente y cerebro. El sujeto nunca está quieto y esto le permite tener las reacciones más cómicas de la película que se sienten naturales.

Para mantener la comedia corriendo junto con esas reacciones naturales es necesario tener un buen ritmo. La película mantiene un ritmo acelerado. Hay momentos en los que uno piensa que van a darle largas al asunto y para sorpresa de la audiencia resulta que no es así. Este ritmo no solo permite que los elementos cómicos sean constantes, sino que evita que la audiencia se aburra durante la película. Por esta razón la película no fue una tortura verla.

El problema es que los “dramedics” no son fáciles de narrar. Es sumamente difícil encontrar el balance perfecto entre comedia y drama, la mayor parte del tiempo uno de los dos elementos va a caer. Puedo decir que disfruté este “dramedic” más que The Descendants (drama cómico que ganó Oscar de Mejor Adaptación el pasado año). Pero no le llega a los tobillos a Crazy, Stupid, Love (drama cómico romántico que no se llevó ningún reconocimiento).

Si le quitamos el ritmo y la buena actuación de Cooper, lo que tenemos es una historia tan simple que no vale la pena ser contada. Dentro de la historia no tiene ningún momento memorable. La experiencia de verla es ir a la sala de cine, verla, y pronto olvidarla. No es que uno no quiera recordarla, es que no tiene por qué ser recordada. No hay “big twist” dentro de la historia. Lo que se supone que sea el gran giro del segundo acto es algo que el espectador se sospecha desde el comienzo.

Como drama es bueno porque tiene una situación completamente dramática, pero tiene unos personajes que es lo que le añade la comedia. Es imposible contar esta historia sin tener que obligar la historia a ser comedia. Porque en esta película no se sabe quién está más loco, Pat, Tiffany, el mejor amigo de Pat, su padre, su hermano, el doctor o el amigo del manicomio. Todos están zafados de un tornillo así que no hay de otra más que hacerla comedia. Pero no hay momentos cómicos que al terminarse la película uno recuerde y diga “wow se pasaron”. Lo más gracioso en toda la película es la reacción de Pat cada vez que se encuentra a Tiffany mientras hace ejercicios. Fuera de eso solo tiene risitas constantes, pero ninguna carcajada.

Para ser una película que costó $21 millones, resulta impresionante lo mal que se ve. Tal vez podemos acreditárselo a la sala de cine, pero la realidad es que la fotografía no se veía profesional. El director de fotografía Masanobu Takayanagi no ha tenido ningún reconocimiento por su labor, pero su trabajo en The Grey ha sido el mejor hasta la fecha. Incluso en Warrior no sobresale mucho, solo que el tipo de historia es más acertado. Aquí, al igual que en Warrior y The Grey, utiliza mucho el “handheld”. En las historias de acción y lucha es una decisión muy acertada, pero en un drama cómico romántico no es la mejor herramienta, porque es suficiente con la locura del protagonista como para que la audiencia se vuelva loca con los tiros de cámara.

Como podrán deducir en mis observaciones, esta película no es mala ni es aburrida, pero tampoco es un éxito que será recordado. Con toda probabilidad escucharemos de ella mucho en estos días, cómo que está nominada a 4 Golden Globes y pronto se sabrá que tal lo hará en los Oscar. Si quieren que les sea sincero, no es una gran película, por eso supongo que tendrá mucha presencia en los premios. 

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