Título: House at the
End of the Street
Director: Mark Tonderai
Escritor: David Loucka,
Jonathan Mostow
Productor: Hal Lieberman, Aaron
Ryder.
Elenco: Jennifer
Lawrence, Elisabeth Shue, Max Theriot
Nada especial en la última casa de la calle
Por: David A. Maldonado Hernández
House at the End of the Street, no es otra cosa que una historia lenta, clásica y sin nada nuevo que
ofrecer.
Elissa (Jennifer Lawrence), y su madre Sarah
(Elisabeth Shue), se mudan a este nuevo pueblo donde las casas son baratas
porque en una cercana hubo un doble asesinato hace cuatro años. Elissa, amante
de la música, comienza en una nueva escuela, nuevos amigos, no encaja de la
primera y conoce a Ryan (Max Theriot), quien no es otro que su vecino cuyos
padres fueron asesinados por su hermana. Elissa comienza a pasar tiempo con
Ryan quién es un chico misterioso que esconde un secreto dentro de su casa.
En una entrevista la actriz Jennifer Lawrence dijo que
una vez le dijo a su mamá que siempre escogería hacer la película con el mejor
libreto. Quiero pensar que se lo dijo después de haber completad esta película.
La historia es sencillamente mala. “Girl meets boy, in a horror movie”. Los
personajes son completamente planos. No hay ningún tipo de profundidad para
ninguno de ellos. Son lo que se ve, lo que hacen y ni siquiera hay un cambio en
ellos, un crecimiento.
Lo más increíble de todo es que es una película de
horror sin horror. No da miedo, se pueden contar con los dedos de una mano los
brincos y carece por completo del factor sorpresa. No hay secretos, no hay
misterio, la audiencia sabe todo lo que está pasando. Lo único más o menos
decente es un giro que hay cerca del final de la película que quedó bien. Pero
sucede que, aunque yo no lo sospeche, mi pareja ya lo veía venir desde la mitad
de la película. Lo que significa que yo o estaba despistado con otra cosa, o
quedó evidenciado que no soy fan del género.
Lo peor que pudo tener la película fue literalmente la
última escena. Completamente innecesaria. Solo sirve para decir explícitamente algo
que la audiencia sospechaba hacía veinte minutos atrás. Cuando haces una
película donde necesitas hacer uso de un final como este para asegurarte que
todo el mundo está en la misma página, entonces hiciste algo mal en el resto de
la narrativa.
Aunque es una historia lenta, no puedo decir que
resulte aburrida. Mantiene un ritmo bastante acelerado y los 100 minutos de
duración no se sienten. Ya cuando está en las escenas culminantes es que
piensas que tal vez duró más de lo esperado, pero no afecta en lo aburrido. Así
que para decir algo bueno se puede resaltar que aburrida no es. Por lo demás es
floja, ni siquiera una actuación decente de la nominada al Oscar, Jennifer
Lawrence.
Si quieren ahorrar algo de dinero este es el fin de
semana perfecto para no ir al cine a ver la única película que estrenó. O es la
perfecta oportunidad para ir y ver otra que no sea estreno y sí valga la pena.
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