Título: Trouble with
the Curve
Director: Robert Lorentz
Escritor: Randy Brown
Productor: Clint Eastwood,
Robert Lorentz, Michele Weisler
Elenco: Clint Eastwood,
Amy Adams, Justin Timberlake, John Goodman.
Al viejito todavía le queda actuación por dentro
Por: David A. Maldonado Hernández
Un drama profundo sobre la distanciada relación entre
padre e hija, traído de la manera más entretenida y conmovedora.
Gus (Clint Eastwood), es un caza talentos que trabaja
para los Bravos de Atlanta. Su trabajo lo está reemplazando la computadora,
tiene problemas de visión y su contrato vence en tres meses. A Gus le ofrecen
un simple trabajo, ir y ver a un jovencito en Carolina del Norte y traerlo al
equipo. Pero con sus problemas de visión y Phillip Sanderson (Matthew Lillard),
detrás de él para despedirlo, Pete (su amigo y jefe), envía a Mickey (Amy
Adams), a que supervise su trabajo. El problema es que Gus y Mickey no tienen
la mejor relación padre-hija.
Existen viejos gruñones y luego está Clint Eastwood.
Este hombre es EL gruñón. Lo más increíble de su actuación es que no importa
que tan malcriado sea y cuanto maldiga, siempre terminas encariñándote de él.
Es la primera vez que actúa bajo el mando de otro director desde 1993 y su
colaborador de muchos años, Robert Lorentz, lo sacó del retiro actoral desde el
2008 y demostró que todavía le queda mucho que ofrecer. La calidad
de su actuación juega a la perfección con la de Amy Adams, quien interpreta a
su hija en la pantalla, y con quien demuestra tener buena química. Adams tiene
un personaje de fuerte carácter, pero vulnerable en cuanto a su vida personal.
Se les añade Justin Timberlake, quien poco a poco ha hecho su camino como actor
y poco a poco demuestra más potencial. Timberlake se ve extrañamente bien junto
a Eastwood en la pantalla. Pareciera que se conocen hace mucho y trabajan en
familia, y esa es la idea, porque en la película ambos personajes se conocen de
años y se llevan bien.
La historia es desarrollada con claridad y seriedad
todo el tiempo. Una de las mejores cosas de este drama es que en ningún momento
se satiriza a este anciano que vive solo y es súper maniático. Hay mucho
respeto hacia la edad y hacia el trabajo que hacen los caza talento para los
equipos de beisbol de grandes ligas. Pero lo más importante no es sobre el
trabajo. No se trata de demostrar que los instintos de un hombre son mejores
que las estadísticas de una computadora. Esta película es sobre los personajes.
La historia principal es Gus y Mickey y cómo lograrán reparar esa relación tan
fría que tienen.
El único problema es que me pareció una respuesta al
éxito de Brad Pitt del año pasado Moneyball.
El año pasado era de cómo una computadora podía ver potencial en un jugador que
los caza talento no veían “porque no se ve bien en el plato”. Entonces, en
lugar de llegar a un “happy medium” entre la tecnología (que ayudó a los Red
Sox a salir de la maldición del Bambino), y el esfuerzo humano, lo que el
escritor Randy Brown hizo fue tratar a la computadora y a sus seguidores como
los villanos. El problema es que cuando tienes cierto éxito verídico que te
antecede diciendo que la computadora sí funciona, entonces la película ficticia
podría perder credibilidad.
Pero como dije, la situación entre las computadoras y
los “scouts” está completamente en un segundo plano. Lo importante es la
relación.
Amantes del drama, amantes del beisbol y amantes de
Clint Eastwood, esta película no los va a decepcionar. Una buena película para
alcanzarla en las salas de cine.
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