Título: The Words.
Directores: Brian Klugman, Lee
Sternthal
Escritores: Brian Klugman,
Lee Sternthal
Productores: Michael
Beranoya, Tatiana Kelly, Jim Young
Elenco: Bradley Cooper, Zoe
Saldana, Dennis Quaid, Jeremy Irons
Una situación tan vieja como la creatividad.
Por: David A. Maldonado Hernández
Una película sencilla, limpia y linda, sobre cómo hay
que aprender a vivir con las decisiones que tomamos, para bien o para mal.
Clay Hammond (Dennis Quaid), está dando una lectura
sobre su más reciente libro, The Words.
Este libro es sobre Rory (Bradley Cooper), un joven escritor que luego de años
intentando escribir una novela encuentra un manuscrito en un viejo maletín.
Entre emociones positivas y otros sentimientos de desesperanza, Rory hace pasar
el manuscrito como suyo, convirtiéndose en uno de los escritores más celebrados
de su época. ¿Pero quién escribió el verdadero libro? ¿Por qué llegó a manos de
Rory?
Las películas no tienen que tener mensajes o
enseñanzas. Pero si quieren buscar un mensaje dentro de esta, sería la
importancia de aprender a vivir con las decisiones que tomaste, y no en el
pasado. Esta película es perfecta para todo aquel que aspira a vivir de alguna
expresión artista y especialmente escritores. Te enfrenta ante la cruda
realidad que tienen que vivir los creativos en esta época. Buscar trabajos que
no quieres para poder sostenerte, aprender a valorar aquello que tienes cerca
y, por sobre todo, aprovechar las oportunidades que se presentan.
El libreto es bastante sencillo, a pesar de tener una
narración en tres tiempos. No es difícil seguir la acción, y sabes hacia dónde
va la historia todo el tiempo. Ese también es uno de sus problemas. Este relato
no cambiará la vida de nadie. Es completamente predecible, pero no de una mala
manera. Poco a poco los escritores han cambiado su estilo y en vez de esconder
hacia donde van, lo que realmente importa es el cómo pasará. Eso sucede aquí.
Como espectador sabes todo el tiempo lo que va a suceder, pero quieres saber
cómo cada personaje llega del punto A al punto B, y eso es lo que mantiene el
interés.
Como producción es evidente que fue dirigida por dos
personas. Entre historias los estilos narrativos y de producción cambian
completamente. Entre dos de sus relatos, pasa de tener mucho sonido y mucha
música de fondo, a ser uno silencioso y más melodramático. Por lo que no
mantiene un mismo estilo constantemente. Por otro lado, como guión fue escrito
por ambas personas, se nota que debieron haber muchas revisiones para lograr
que la película no se malinterpretara y no se dejara nada en el aire, ni a la
interpretación del espectador.
La realidad es que el plagio es una situación tan
vieja como la creatividad. No creo que este filme le cambie la vida a alguien,
pero sí pueden encontrar una historia sencilla, interesante y con excelentes actuaciones.
Si tienen la oportunidad de verla en el cine no gastarán su dinero, pero no
recomendaría que salieran de inmediato a verla.
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