Foto de BBC Films
Título: The Woman In
Black
Director: James Watkins
Guionista: Jane Goldman
Productor: Richard
Jackson, Simon Oakes, Brian Oliver,
Elenco: Daniel Radcliffe, Ciarán
Hinds
Primero la historia, luego el miedo.
Por: David A. Maldonado Hernández
Esta es una historia de terror que usa todos los
elementos necesarios para ponerle los pelos de punta a los espectadores.
Daniel Radcliffe hace su debut post-Harry Potter,
interpretando a Arthur Kipps, un joven abogado, viudo, con un hijo de cuatro años,
que está a punto de perder su empleo a menos que ponga en orden los documentos
de una vieja casa en el campo. El problema es que Kipps termina siendo parte
del misterio que alberga la vieja casa y el pueblo donde se encuentra.
La realidad es que es una película del género de
terror bastante buena. Es una obra maestra en cuanto a guión y dirección se
refiere. Radcliffe tiene que mantener una historia sobre una casa embrujada en
donde se encuentra solo. Lo mejor del guión es que el personaje nunca habló
solo, ni gritó como lunático, sino que hizo lo que haríamos cuando estamos
solos, correr, asustarse e intentar averiguar que está sucediendo. Bueno, esa
última solo un viudo desesperado por no perder su empleo y con los pantalones
bien puestos podría hacerlo. Todo el terror es creado por acciones, nada de diálogos,
ruido, música y el elemento más eficiente, el silencio. El silencio es la herramienta
más importante en esta película porque aún cuando crees saber dónde viene el
susto, te asustarás de todas maneras. Mis respetos a Jane Goldman.
Pero si estratégicamente estaba escrito en un guión
acción por acción, solo un buen director podría plasmar exactamente ese
sentimiento en la pantalla. No hay momentos donde te aburres, todo tiene su
lugar y todo llega en los momentos precisos. El éxito de Daniel Radcliffe en
esta película no es porque demuestre ser un buen actor, sino porque el director
supo cómo llevarlo en cada escena. James Watkins hizo un excelente trabajo
llevando esta historia a la gran pantalla.
Y esto es lo que es, una historia, interesante y de
miedo. No es la típica película de terror cuyo fin es asustar a la audiencia y
la historia es solo una excusa para enseñar sangre y desnudos. Tal vez por eso
algunos fanáticos jóvenes del género no la acepten ni la entienda, porque es
una historia de terror, historia antes que todo. Es la narrativa lo que es
importante y no el susto. El final pudo haber sido mejor, pero ya tendríamos
que hablarlo con la escritora de la novela para resolverlo. Si eres fanático de
los brincos y la tensión, esta es una buena elección para ti.
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