Señor Hyde
Uno de los villanos más sobresalientes de la historia
del cine fue creado por Robert Louis Stevenson en 1886 en la novela The Strange Case of Doctor Jekyll and Mr.
Hyde.
A finales del siglo 19 en Londres, Inglaterra, un
abogado va a investigar un poco sobre la extraña vida que lleva un amigo suyo,
el doctor Jekyll. Durante su visita se entera que Jekyll es muy amigo de un
señor Hyde y que, de hecho, en caso de su muerte, le dejó toda su herencia. Un
día llegan a las autoridades noticias de que el señor Hyde asesinó a un hombre.
Jekyll está cada vez más deprimido y sale cada vez menos de su laboratorio. Un
día no aparece el doctor Jekyll y encuentran en su laboratorio el cadáver del
señor Hyde con una nota que revelaba que el doctor y Hyde eran la misma
persona.
La primera vez que llega esta historia a una pantalla
fue con un cortometraje en 1908, le siguieron varios cortometrajes los años
siguientes y en 1920 se produjo de manera independiente el primer largometraje
en Estados Unidos basado en la novela que duró 60 minutos. Pero no fue hasta
1931 que Paramount Pictures hizo su versión, protagonizada por Fredic March,
quien ganó un Oscar por ese papel.
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Hyde fue creado con el solo propósito de ser un medio
de escape para el doctor Jekyll. Este nuevo hombre se atrevería a hacer todo lo
que el científico temiera. Pero cuando dejamos salir el lado perverso dentro de
nosotros, este “nuevo ser”, va apoderándose poco a poco de nosotros, hasta que
se convierte en nuestra identidad. Todos luchamos día a día con nuestro propio
señor Hyde. Cuando no nos dan paso en la carretera, cuando toman tu lugar en
las filas, cuando estás en una sala de espera y ves a los empleados hablando
entre ellos. Son en esos momentos cuando quisiéramos dejar salir al señor Hyde
y que él se encargue.
¿Por qué no lo hacemos entonces? ¿Porque sabemos que
está mal o porque tememos a las consecuencias? Tal vez es porque a lo que le
tememos es a lo que está mal. Entonces sobre sale el que se tiene el valor, o
el poco cerebro, de ser violento. Porque nosotros siempre recordaremos primero
a todo el que hizo cosas malas y luego a los que hicieron cosas buenas. Por eso
el doctor Jekyll solo es importante cuando es lo suficientemente malo como para
crear su alter ego. Pero es Hyde, quien es lo suficientemente malo como para
ser recordado para siempre.
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Malas o buenas actuaciones. Malas o buenas películas.
El señor Hyde es digno de ser llamado un buen villano.
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