Sauron & The One Ring
Los villanos sin rostro. Durante tres películas y 9
horas (11 horas en las versiones extendidas), estos dos seres se convirtieron
en los villanos más crueles de su época, sin tener una cara.
El malvado Sauron creó los anillos del poder que
fueron regalados a las distintas razas de la Tierra Media. En secreto creó uno
más poderoso para controlar a los demás, el único anillo (“The One Ring”).
Gandalf hace referencia a que el anillo y Sauron son uno y a pesar que el
cuerpo de Sauron fue destruido, su alma sigue viva porque está ligada a ella,
la sortija. El Gran Ojo que todo lo ve, ordena a su ejército de orcos a
encontrar la sortija y regresarla a su amo, para recobrar su cuerpo. Solo uno,
Frodo, tiene el alma pura para ir al Monte del Destino a destruir la Sortija de
Poder y hacer a Sauron desaparecer para siempre.
La importancia de este personaje no es la cantidad de
películas en la que aparece, o los millones de dólares que recaudaron. Ni
siquiera está en el record de Oscar ganados entre las tres películas. La
realidad es que este personaje es importante porque logra quedarse en la mente
de la audiencia y logra hacer estragos en la Tierra Media, sin siquiera tener
un rostro. Jamás en las películas vemos la cara de Sauron. El director Peter
Jackson iba a incluir una visión fantasmal de él, dirigiendo el ejército al final
de The Return of the King, pero
decidió no hacerlo. Para el que tenga curiosidad, Sauron fue una vez un elfo,
aun más hermoso que el mismo Legolas.
En lugar de una cara, la personificación de Sauron es
vista a través de una máscara. Luego la vemos en forma de un enorme ojo de
fuego. Resulta increíble cómo “un ojo de fuego”, se lee y escucha algo
ridículo, pero cuando lo vemos en la pantalla es todo menos ridículo. Pero su
representación más importante es la sortija. Ese anillo ES Sauron. Es como si
un pedazo de alma estuviera ahí encerrado buscando regresar a su dueño.
Es increíble todo lo que puede hacer una sortija en The Lord of the Rings. Su cualidad más
famosa es la de tentar a sus portadores para que no puedan destruirla. Cada uno
de ellos crea una conexión al anillo (como una droga), que evita que actúen en
contra de su voluntad. La sortija provocó la muerte de Isildur, luego hizo que
Smeagol asesinara a Deagol. Ese asesinato llevó a Smeagol a vivir solo en las
montañas donde la sortija le dio una vida sobrenaturalmente larga, lo volvió
loco y lo convirtió en Gollum. Cuando la sortija quiso, fue a dar a las manos
de Bilbo, quien tuvo una vida larga (aunque no tanta como la de Gollum). Bilbo
casi no logra deshacerse de ella hasta que Gandalf lo obliga. Es entonces
cuando vemos el peso que representa el anillo. Una toma cuando la sortija cae
de la mano de Bilbo y ni siquiera rebota en el suelo. Frodo toma la sortija y
13 meses más tarde logra destruirla. No sin antes ser tentado por ella.
Para ser un objeto tan pequeño tiene una vida bastante
larga y malvada. Como muchos personajes del género de la fantasía, Sauron es
pura maldad, es decir, no conocemos nada positivo de él. Podríamos pensar de él
como un Lucifer de los elfos. Bueno y hermoso al principio, pero corrompido por
la maldad y convirtiéndose en un ente maligno que existe solo con el propósito
de acabar el mundo.
Sin duda Sauron, “The One Ring” o “The Eye”, como
quieran llamarlo, (incluso podríamos decir Smaug porque en menos de dos meses
llega The Hobbit: An Unexpected Journey),
es un villano ícono del cine en el siglo 21. Los números lo comprueban, su
representación variada y sin rostro son la clave, y el que 9 años después de The Return of the King regresemos a las
salas de cine para The Hobbit lo
confirma.
Sauron nunca fue un elfo.
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