Cuando se habla de película de terror, automáticamente
la gente piensa en El Exorcista. ¿Por
qué? Bueno, Entertainment Weekly la catalogó como la película más aterradora de
todos los tiempos. Pero hay que admitir que los tiempos cambian y lo que
espantó a una generación no necesariamente espanta a la siguiente.
Regan es una niña que, luego de jugar con una tabla Ouija
para contactar a un espíritu amistoso, es poseída por un demonio. La madre
desesperada y aterrada por la seguridad de ella y de su hija, contacta a un par
de exorcistas profesionales para que le ayuden a expulsar la entidad del cuerpo
de su hija.
Cuando Regan llega a la pantalla grande cambió la
manera en tocar el tema demoniaco. En la pantalla se vieron cosas que nunca
antes un cineasta se había atrevido a presentar. Como la escena donde la
poseída introduce de manera violenta un crucifijo en su vagina. Y el utilizar a
una jovencita para maldecir y hacer comentarios de índole sexual a un adulto.
Durante la filmación hubo muchos accidentes. Varias
personas del elenco sufrieron de lesiones de espaldas especialmente. El sector
religioso vetó por completo la película e hicieron campaña para evitar que las
personas fueran a las salas. También hay que recordar que este era un tiempo
donde muchos cristianos no aprobaban ir al cine.
Esta villana no es una representación del mal. Ella ES
el mal. El demonio que la posee es una de las muchas representaciones de
Lucifer. Su único propósito es destruir todo lo que se le ponga enfrente. Pero
este es un ser que no solo destruye físicamente, sino que prefiere destruirte
por dentro, jugando con tu mente,
poniendo en duda lo que crees.
Pero como no existe la mala publicidad, con un
presupuesto de $10 millones, la película logró recaudar más de $300 millones. Linda
Blair se convirtió para siempre en “la nena del Exorcista”, a tal punto que
probablemente nadie recuerda quien fue el propio exorcista.
Este filme ganó el Oscar por Mejor Sonido y Mejor
Guión Adaptado, el cual escribió el propio autor de la novela, William Peter
Blatty. Ha sido tan reconocida que probablemente muchos no recuerden que en
1977 se hizo una secuela para nada exitosa protagonizada nuevamente por Linda
Blair.
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